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En el siglo XIX, Austria, que se había constituido en un imperio conformado por distintos pueblos o naciones, presenta una situación política inestable, puesto que enfrenta una crisis económica aunada a descontentos y rebeliones por parte del pueblo que luchaba por las libertades constitucionales y contra la opresión nacional.El emperador de Austria, Francisco José, se opuso a las ideas nacionalistas pues afirmaba que la figura política debía ser el reinado, pero esto molesto a algunos grupos nacionales de Hungría. Para limar asperezas, se convenció al emperador de Austria-Hungría, pero no se tomo mucho en cuenta a los demás grupos nacionales de esta monarquía, de entre los cuales los eslovenos, checos, polacos, rumanos, serbios, croatas, eslovaco, y rutenos, entre otros, se inconformarían.Hacia finales del siglo, el Imperio Austro-Húngaro fracaso en el intento de unirse a Alemania, pero con ansias expansionistas, miró al Oriente hacia el territorio turco y ocupo Bosnia y Herzegovina
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